Manejo del ganado vacuno
Existen en la colección de películas de la Escuela de Veterinaria de Córdoba varios documentos que recogen algunas de las faenas de manejo del bovino que se realizaban en aquellos años treinta en las explotaciones de ganado extensivo: la conducción de las yuntas de bueyes uncidas a las carretas y su arreo hasta el río para que bebiesen, en la pelicula de la Estación Pecuaria Regional; o las faenas de marcado por herrado al fuego que se exponen claramente en otra cinta que ahora comentamos y de la que aún no hemos logrado identificar el lugar en el que se rueda.
Se inicia la tarea con la recogida del ganado desde una zona de la finca que posee una buena arboleda de eucaliptos y chopos para ser llevado hacia el lugar donde serán herrados. Las primeras imágenes del traslado crea confusión sobre la raza de la que se trata, ya que los animales son conducidos por caballistas, garrocha en mano, en lo que parece ser una típica escena de manejo de ganado de Lidia; pero pronto se observa que junto a ellos hay más operarios que colaboran a pie sin ninguna protección frente a una posible acometida. Por ello, descartamos que se trate de la Raza de Lidia y, aunque la película en Blanco y Negro no deja apreciar el color de la capa de los animales, pensamos que se pueda tratar de un lote de vacas de raza Retinta.
Aunque se trata de ganado manso, los retintos son broncos ante la aproximación de los humanos y no se entonces no se seleccionaban por docilidad y facilidad de manejo. De todas formas, se observan con claridad las precauciones que tomaba el personal encargado de la operación cuando los animales llegan al espacio en el que se va a proceder al herrado. Se dedica a ello una pequeña placita que se conforma entre las casas del poblado que hacen las veces de corral. Los observadores se encuentran subidos a carros y protegidos de vallas.
Una vez están los animales en el corral, en lo que parece una difícil operación, son atrapados a lazo con una cuerda que se les pasa por la cabeza con la ayuda de una especie de pértiga. La inmovilización se consigue al pasar la cuerda que los sujeta por un grueso tronco anclando a modo de poste en e l centro del patio. Haciendo girar al animal entorno al tronco, al mismo tiempo que se tira de la cuerda, se consigue que el lazo pierda longitud y los mozos puedan derribar y contener a la vaca contra el suelo. Cada una es marcada de por vida con hierro calentado a fuego y portará la marca del ganadero en la pierna y el guarismo con el año de nacimiento en el costado.
La maniobra congrega a un gran número de personas, entre las cuales se puede distinguir a algunos y profesores de la Escuela. Una de las damas presentes es ayudada a aplicar, ella misma, el hierro candente sobre uno de los animales.
La experiencia podría suponer para los alumnos una experiencia iniciática en aspectos actuales del ganado tales como: la identificación animal, su comportamiento y reacciones frente a los humanos. Son éstas algunas de las cuestiones de más interés en la actualidad y que más cambios han tenido bajo con los conocimientos sobre marcadores genéticos la normativa de Bienestar Animal que limita las prácticas de manejo que supongan estrés para el animal.