La matanza tradicional
El interés por los procedimientos de sacrificio de animales para los profesionales veterinarios de los años treinta, más aún para los de Andalucía, era imprescindible, porque se unía la obtención de productos de la especie porcina, de tanto consumo y tradición en Andalucía, y el peligro que representaba para el hombre una enfermedad tan terrible como la triquinosis que preocupaba desde tiempos remotos.
Quizás por ello, el responsable de los viajes y de la elaboración de las películas de la Escuela de Veterinaria de Córdoba, D. José Martín Ribes, quisiera hacer un documental y un programación de visitas específicas para este tema.
En el caso de la visita a la fábrica de chacinas de los Sres. Sánchez Romero Carvajal y Cía. en Jabugo (Huelva) realizada el 27 de Enero de 1933, la película recoge, en primer lugar, la imagen de la entrada de los profesores y de los alumnos a la fábrica, y ya en el interior del secadero, aparecen grandes cantidades de jamones depositados en el suelo de las naves y colgando de su techo. También se observa la presencia de ganado vivo entre el que se pueden distinguir magníficos ejemplares de la raza ibérica. Inmediatamente, el film pasa a mostrar la matanza de los animales, seguida de la evisceración y de la preparación de la canal. Todo realizado en el exterior de las naves, con gran rapidez y en su mayor parte por mujeres. Se detalla toda la operación de degüello, escaldado, raspado, y preparación de la canal. Se finaliza la exposición con la visita a la sala de inspección donde son observadas al microscopio muestras del animal recién sacrificado para la detección de triquinas.
Al día siguiente de ese mismo viaje, 28 de Enero, se regresa a Córdoba pasando por Sevilla. De esta ciudad se recogen unas interesantes vistas del Paseo de Colón, de Triana y de algunos monumentos como la Torre del Oro, imágenes que claramente contrastan con las de hoy en día.
Esta película está ligada en su temática a otra en la que también se muestra la matanza de animales. En este caso, además de la que se realiza a la especie porcina, se puede contemplar la de pequeños rumiantes. Éstas se realizan, también durante el año 1933, en el matadero de Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba). Se inicia con la salida al corral de un lote de ovejas y cabras, que rápidamente son sometidas a la matanza, eliminación de la piel, incluido el vellón y a la obtención de las vísceras, de las cuales se realiza la inspección sanitaria. Un plano corto permite distinguir múltiples focos nodulares hepáticos. Del paquete visceral se separan las tripas que son lavadas y preparadas para su utilización posterior. Las condiciones higiénicas de todo este proceso llevado a cabo en una explanada terriza del matadero, no parecen ser las más adecuadas.
Para la matanza del cerdo, se sigue la misma operación que se ha descrito anteriormente: degüello, sangrado, eviscerado y obtención de la canal. En esta película se muestra detalladamente el proceso completo para la detección de triquinas: la selección y toma de la muestra por el veterinario, su embalaje e identificación numérica para ser trasladado al laboratorio, su colocación en placa de triquinoscopia y la observación al microscopio. El veterinario que aparece mirando al microscopio no es otro que el propio autor de las películas, el profesor D. José Martín Ribes quien fue introductor y maestro de las técnicas de microfotografía. Esta técnica es utilizada para incorporar en el documental un plano detallado de un nódulo de triquina. Con esta imagen da paso a la palabra FIN