El olivar es el uno de los sectores más relevantes y representativos de Andalucía, desde un punto de vista económico, Andalucía es la principal región olivarera del mudo resultando ser un elemento imprescindible de cohesión social y territorial y de un alto valor medioambiental.
La aplicación de productos fitosanitarios en el olivar, aunque es una práctica necesaria para el desarrollo del cultivo, en los últimos tiempos la tendencia es a minimizarla y en la actualidad, desde la aparición de la Directiva 2009/128/CE, se está planteando un nuevo enfoque para desarrollarla, basado en el uso sostenible de los plaguicidas.
Un primer paso para realizar una aplicación correcta está en calcular la dosis adecuada y en regular y adaptar la máquina a las características del tratamiento y de los árboles. Sin embargo, la dosificación de productos fitosanitarios resulta muy compleja en cultivos arbóreos, por la forma tridimensional de éstos, y se agrava en el caso del olivar, debido a la irregular geometría de los árboles (especialmente en el olivar tradicional que, además, representa la mayor superficie) y a la gran variabilidad de tipologías de cultivo y marcos de plantación. Por otro lado, la maquinaria de aplicación, que tiene escasa especificidad, no está adaptada a las características de los olivos y suele presentar un deficiente estado de mantenimiento. Si a todo esto se le une la falta de formación de los aplicadores y de información sobre cómo deben actuar, el resultado es una mala praxis a la hora de calcular las dosis y regular las máquinas.
Hay que subrayar que la sobredosificación de fitosanitarios es una práctica habitual entre los agricultores, que creen que así aseguran la eficacia del tratamiento, cuando realmente se ejecuta la operación de forma incorrecta, conllevando un gasto innecesario del producto, con consecuencias contrarias al uso sostenible: aumento de costes, impacto ambiental, reducción de la seguridad alimentaria y de la seguridad del operador.
Esta problemática adquiere mayores dimensiones en Andalucía por la importancia del cultivo en la Comunidad Autónoma y de los tratamientos (de dos a cuatro por campaña).
Para acometer este problema es necesario abordarlo desde un punto de vista multi-actor con el fin de contribuir a evitar la sobredosificación de nuestro olivar, y mediante la creación y puesta en marcha de este Grupo Operativo (GO) multidisciplinar compuesto por un agente generador del conocimiento (ceiA3), del que forma parte el grupo de investigación AGR-126 de la Universidad de Córdoba con experiencia en el desarrollo de sistemas de dosificación en olivar y de prototipos de atomizadores para la pulverización de este cultivo (con varias patentes al respecto), dos PYMES especializadas en el desarrollo de tecnología aplicada al sector agrícola; una que fabrica atomizadores (Osuna Sevillano) y otra especializada en TIC (DTA) y una entidad asociativa representante del sector agrícola (DCOOP), que es el primer grupo cooperativo de España, de Andalucía y del sector del aceite, aglutinando a 120 cooperativas y la mayor producción mundial de aceite de oliva.
Tanto ceiA3-UCO como DCOOP cuentan con contrastada experiencia en coordinación y gestión de proyectos de trasferencia así como en divulgación lo que avalan no sólo la óptima ejecución sino la transferencia en los diferentes ámbitos.
El proyecto innovador que el Grupo Operativo va a ejecutar tiene como objetivo general el desarrollar un sistema que permita la planificación de los tratamientos fitosanitarios y su correcta aplicación, en aras de una mayor eficiencia técnica, ambiental, energética y económica.