Ifapa avanza en el conocimiento del potencial saludable de los alimentos
Hoy en día se asume que una dieta equilibrada y variada suministra los nutrientes necesarios en la cantidad suficiente para mantener el correcto estado de salud y el desarrollo de actividades vitales para el organismo
La mayoría de los alimentos de origen vegetal presentes en nuestra dieta aportan, en bajas concentraciones, unas sustancias que sin ser nutrientes pueden ejercer un efecto beneficioso para la salud: los llamados compuestos bioactivos. Estos compuestos contribuyen a la prevención de enfermedades crónicas degenerativas tales como el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades neurodegenerativas.
El grupo de Alimentación y Salud del centro Alameda del Obispo (Córdoba) perteneciente al Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa), trabaja en la caracterización de diferentes alimentos (vegetales, procesados y nuevos alimentos, entre otros) en relación a su composición en compuestos bioactivos así como en la evaluación de su absorción, transformación y acción sobre el organismo. Todo ello tiene como finalidad ofrecer información más allá de la nutricional sobre sus potenciales propiedades saludables que ayuden a promover su consumo, así como desarrollar nuevos productos de alto valor comercial o elaboraciones derivadas de los mismos. Para lograr estos objetivos, el grupo del Ifapa desarrolla una serie de proyectos, en colaboración con empresas o asociaciones de productores, para potenciar el consumo de productos autóctonos y de cercanía ligados al origen, contribuir al desarrollo de nuevas alternativas y aumentar el valor añadido, entre otros, aumentando la diversificación de productos del sector alimentario andaluz.
En los primeros trabajos se determinó, empleando técnicas analíticas avanzadas, el perfil de compuestos antioxidantes de frutas como la naranja, la ciruela, el arándano, la fresa, la sandía y el mango; vegetales como el pimiento y la zanahoria morada; legumbres como el garbanzo y el haba; cultivos mediterráneos como el pistacho; productos transformados como el ajo negro y la cebolla negra o incluso de nuevas opciones como el zumo de naranja enriquecido con probióticos (microorganismos vivos que pueden encontrarse en los yogures).
Por otro lado, cabe destacar el avance en los últimos años en el conocimiento sobre la absorción y transformación de los antioxidantes de los alimentos en el organismo a través de los procesos de digestión y, por lo tanto, sobre qué compuestos bioactivos presentes en los alimentos que consumimos son los verdaderos responsables de su efecto sobre la salud. En este sentido, cabe destacar el estudio clínico llevado a cabo por el Ifapa sobre la biodisponibilidad de los antioxidantes del mango en voluntarios sanos (con colon intacto) e ileostómicos (sin colon funcional), así como su efecto protector frente a las condiciones de inflamación a nivel intestinal para poner en valor la producción de esta fruta producida en Andalucía y potenciar el desarrollo de nuevos ingredientes funcionales de interés para la industria y los consumidores. Además, se ha llevado a cabo un estudio para evaluar el potencial saludable del ajo negro sobre los parámetros de riesgo cardiovascular. Este proyecto profundiza en el conocimiento de los efectos beneficiosos del consumo prolongado de este producto sobre determinados parámetros de riesgo (colesterol, triglicéridos y niveles de glucemia) en voluntarios obesos con hipercolesterolemia.
Todos estos trabajos llevados a cabo por el Ifapa durante la última década suponen la base para futuras investigaciones sobre los efectos saludables de los alimentos y se alinean con las estrategias globales para la promoción de la salud y el bienestar de la población a través de la alimentación.
Fuente: Ifapa