Investigadores del ceiA3 consiguen desarrollar cultivos de microalgas para fabricar plásticos y biodiesel


El grupo de investigación de «Biotecnología de algas (Bital) BIO-214″ de la Universidad de Huelva adscrito al ceiA3, está inmerso en dos proyectos con financiación Europea en la que están implicadas una veintena de empresas y universidades de toda Europa en el ánimo de esclarecer las posibles utilidades de las microalgas para la elaboración tanto de bioplásticos como de biodiesel eliminando así la dependencia de petróleo para la elaboración de estos productos

Según ha señalado la investigadora María Cuaresma, el rol de la Universidad de Huelva en ambos proyectos se basa en intentar generar grandes cantidades de biomasa procedentes de las microalgas como primer paso a la obtención de otros productos y garantizar así su rentabilidad.

Según ha explicado Cuaresma, el cultivo de microalgas se puede «asimilar a la agricultura» ya que «si quieres tener un cultivo de algas sostenible, tienes que ampliar tu producción y con las microalgas pasa lo mismo». De este modo, ya hay algunas aplicaciones que están comprobadas, pero otras que están limitadas porque al final el coste de producto en el mercado es menor de lo que te gastas en el cultivo por lo que hacerlo rentable puede ser vital para el futuro desarrollo de los proyectos.

El primero de los dos proyectos en los que trabaja con la Unión Europea se denomina ‘Splash’ y culmina el próximo mes de febrero. La idea del proyecto, ha señalado Cuaresma, es la de «producir polímeros sostenibles o biopolímeros que puedan ser utilizados como bioplásticos o biofibras y evitar así el uso de moléculas que proceden del petróleo y cambiarlo por microalgas».

Según ha indicado Cuaresma, hay microalgas que tienen la capacidad de «producir azúcares o incluso hidrocarburos y que son interesantes para la industria química como el craqueado, el refino y demás, y que tras un proceso de conversión se puede lograr esta fibra».

En ese proyecto trabajan con un alga llamado ‘Botryococcous braunii’, una especie de la que existen distintas extirpes y cada una de las cuales tiene «un metabolismo muy peculiar» que hace que produzca una cosa u otra. En la Universidad de Huelva se trabaja con dos de esas estirpes en concreto, una productora de carbohidratos (azúcares) y otra productora de hidrocarburos.

Según ha reflejado Cuaresma, su labor desde la Universidad de Huelva es la cambiar el propio medio de cultivo para garantizar una mayor productividad y eficiencia y producir mayores cantidades de biomasa que hagan viable el proyecto.

Dado que el proyecto finaliza en febrero desde la Universidad de Huelva ya tiene conclusiones específicas en las que se ha logrado mejorar la productividad de las microalgas que era la tarea principal encomendada a la universidad. Además, la colaboración con el resto de universidades y entidades europeas ha permitido que se pruebe toda la cadena de producción en la que se han encontrado «opciones para extraer los productos de interés» e incluso algunos socios industriales en el proyecto han logrado fabricar paneles y bioresinas extraídas de las microalgas.

BIODIESEL DE MICROALGAS CON EL PROYECTO MIRACLES

El otro de los proyectos europeos en el que participa este grupo de investigación de la Universidad de Huelva es el que trata de hacer con las microalgas una biorefinería, es decir, «reemplazar el petróleo por un recurso vivo en el que aprovechan estas microalgas para fabricar un combustible más ecológico».

En este proyecto, la tarea de la Universidad de Huelva consiste en optimizar la producción de las algas de la mano de la universidad holandesa de Wageningen para probar un concepto «totalmente nuevo en el cultivo de microalgas», hasta ahora todas las microalgas se cultivaban en líquido y ahora se está aplicando el concepto de cultivarlo en espuma.

En este proyecto europeo, que finaliza en noviembre de 2017, la UHU quiere probar las ventajas del cultivo en espuma ya que ahorra en el consumo de agua, la inversión en equipamiento es menor, reduce también el gasto energético y permite un crecimiento más seguro, por lo que en principio daría una oportunidad de rentabilidad a la elaboración de estos productos frente a la ya implantada industria petrolera.

Fuente: EUROPA PRESS



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