Hoy sabemos que nuestro consumidor quiere sentirse protagonista de su historia. ¿por qué no ponérselo fácil? Su experiencia al consumir nuestro producto es lo más importante para nosotros, es la huella que deja en el vino.
Su experiencia debe servir para mejorar el vino, debemos ser capaces de caminar conjuntamente en producir mejores vinos para el mercado, pero también para el medio ambiente.
Esta conexión con nuestro cliente, nos permitirá gestionar y aprender de su huella en el vino. Pero también, cuando nos referimos al impacto medioambiental de un producto, utilizamos el concepto de huella. ¿Qué huella ambiental tiene este vino? ¿Cuál es su huella hídrica? ¿Cuál es su huella de carbono?
De esta manera comunicamos el impacto que genera el vino sobre el medioambiente en términos de perfil medioambiental, sobre el cambio climático y sobre los recursos hídricos respectivamente.
Como muestra el Eurobarómetro 367 “Building the single market for green products” respecto al comportamiento del consumidor frente a productos sostenibles con el medioambiente, gran parte de la sociedad europea opina que comprando “eco-friendly products” hace algo bueno por el medioambiente. Su huella en el vino mejora el vino, y a la vez, actúa a favor del medioambiente. Su huella en el vino mejora el vino, y a la vez, actúa a favor del medio ambiente.
El consumidor quiere saber que el vino es saludable para él, pero también para el medioambiente.
#DejaTuHuella consiste en un sistema de conectividad inteligente que pivota sobre el concepto de huella (ambiental/emocional) como punto de conexión entre el consumidor (experiencia de usuario) y la bodega (proveedor de valor/experiencia). La experiencia del consumidor de vino sirve a las bodegas para ser más sostenibles productiva y ambientalmente.
El sistema #DejaTuHuella conectando las expetativas del consumidor tanto emocionales como ambientales, con el valor añadido que generan las bodegas productoras, creando un círculo virtuoso de mejora de la cadena agroalimentaria, más eficiente y sostenible.
Gracias al sistema Dejatuhuella las bodegas pueden transmitir el valor de sus vinos elaborados con prácticas culturales ancestrales y que ejercen un servicio medioambiental a la sociedad gracias a sus cultivos sostenibles. Además de hacer posible un intercambio experiencial entre el consumidor y el productor basado en la innovación y la tecnología.
Es en el descorche de la botella de vino donde se despliega Dejatuhuella, concretamente en el tapón de la botella, donde se dan las instrucciones de acceso a una nueva aventura que gira en torno al vino que consumes y que permite conectar con su productor.